A diferencia de lo que muchas personas creen en un principio, la labor de conceder préstamos no sólo recae en los bancos o en las entidades financieras. Cualquier particular o empresa que reúna unos mínimos requisitos puede convertirse en prestamista y otorgar un crédito privado a otra persona. Eso sí, respetando la normativa vigente y con el acuerdo de ambas partes, plasmado en el contrato de préstamo entre particulares, a lo que también se le llama préstamo de capital privado. En este artículo nos ocuparemos de explicar en qué consisten estos préstamos, para qué se pueden solicitar y cuáles son sus ventajas, sus inconvenientes y sus alternativas. Es una solución a la que suelen recurrir los clientes que no encuentran financiación a través de los cauces tradicionales, es decir, los bancos.
Para qué solicitar préstamos de capital privado
Los préstamos de capital privado pueden solicitarse para cualquier cosa, aunque el prestamista podría solicitar información para saber a qué se aplicará ese dinero. Sin embargo, esa solicitud de información puede ser simplemente para que el prestamista gane más confianza en la operación. En realidad, no hay condiciones prefijadas en este tipo de operaciones, sino que se acuerdan directamente en el contrato bilateral, aunque lo más habitual es que el prestamista pida al cliente una de sus propiedades como garantía o aval en caso de que ese dinero no se devuelva.
Pese a que se estos préstamos de capital privado se pueden pedir para cualquier cosa y sin un tope máximo de dinero, lo recomendable es que se soliciten teniendo muy claro a qué se van a emplear y con la certeza de que se va a poder devolver, pues ello podría generar serios inconvenientes, como veremos.
Algunos de los motivos por los que se suele pedir un préstamo de este tipo son pagos inesperados por falta de liquidez puntual, como no haber cobrado una nómina o una paga extra. Hay personas que también deciden recurrir a este tipo de préstamos para no descuadrar las cuentas con gastos extraordinarios. Por ejemplo, las vacaciones de verano, un regalo de gran valor o los estudios de un hijo.
Una de las ventajas es que los trámites burocráticos suelen ser mucho menores, y muchos prestamistas acceden a realizar la operación tanto si el cliente forma parte de alguna lista de morosos como si no.
Inconvenientes de los préstamos de capital privado
Un primer inconveniente es que no siempre se tiene clara la procedencia de ese dinero prestado, pues en muchos casos se entrega en metálico. Y por otro lado, no siempre es fácil acreditar la fiabilidad del prestamista.
En cualquier caso, despejadas estas dudas iniciales, lo cierto es que los préstamos de capital privado suelen realizarse a unos intereses muy elevados, si los comparamos con los que realizan las entidades financieras.
Además de ello, los plazos de devolución suelen ser bastante más reducidos que mediante los canales tradicionales. Esto es así porque los prestamistas buscan la mayor rentabilidad en el menor tiempo posible para que su actividad sea más lucrativa.
Por último, el otro gran inconveniente de este tipo de préstamos entre particulares es que la propiedad privada del cliente que el prestamista exige como garantía o aval es de un valor muy superior al monto del crédito. Por ejemplo, una vivienda (sea o no la habitual) o un coche en buen estado de conservación. Esta propiedad en garantía se pierde si no se ha devuelto el importe del préstamo en el periodo estipulado en el contrato. Por tanto, se puede considerar una operación de gran riesgo.
Alternativas a los préstamos de capital privado
Las personas que recurren a estos préstamos entre particulares lo hacen porque normalmente no les queda otra alternativa: las entidades financieras ya no les conceden préstamos personales online, o bien porque atraviesan una situación económica difícil o bien porque ya forman parte de las listas de morosos.
Sin embargo, sí hay alternativas, al menos para créditos de importe moderado. Es el caso de los minicréditos online, como los que se solicitan a través de Credy.es, que sí se otorgan a personas que forman parte de ASNEF, RAI, FIJ, Experian o listas de morosos como estas. El límite de estos importes en préstamo es más bien contenido. Una de las grandes ventajas en estos microcréditos es que al cliente no se le solicitan garantías ni avales como contrapartida, por lo que no se pone en riesgo el patrimonio personal.
Para qué solicitar préstamos de capital privado
Los préstamos de capital privado pueden solicitarse para cualquier cosa, aunque el prestamista podría solicitar información para saber a qué se aplicará ese dinero. Sin embargo, esa solicitud de información puede ser simplemente para que el prestamista gane más confianza en la operación. En realidad, no hay condiciones prefijadas en este tipo de operaciones, sino que se acuerdan directamente en el contrato bilateral, aunque lo más habitual es que el prestamista pida al cliente una de sus propiedades como garantía o aval en caso de que ese dinero no se devuelva.
Pese a que se estos préstamos de capital privado se pueden pedir para cualquier cosa y sin un tope máximo de dinero, lo recomendable es que se soliciten teniendo muy claro a qué se van a emplear y con la certeza de que se va a poder devolver, pues ello podría generar serios inconvenientes, como veremos.
Algunos de los motivos por los que se suele pedir un préstamo de este tipo son pagos inesperados por falta de liquidez puntual, como no haber cobrado una nómina o una paga extra. Hay personas que también deciden recurrir a este tipo de préstamos para no descuadrar las cuentas con gastos extraordinarios. Por ejemplo, las vacaciones de verano, un regalo de gran valor o los estudios de un hijo.
Una de las ventajas es que los trámites burocráticos suelen ser mucho menores, y muchos prestamistas acceden a realizar la operación tanto si el cliente forma parte de alguna lista de morosos como si no.
Inconvenientes de los préstamos de capital privado
Un primer inconveniente es que no siempre se tiene clara la procedencia de ese dinero prestado, pues en muchos casos se entrega en metálico. Y por otro lado, no siempre es fácil acreditar la fiabilidad del prestamista.
En cualquier caso, despejadas estas dudas iniciales, lo cierto es que los préstamos de capital privado suelen realizarse a unos intereses muy elevados, si los comparamos con los que realizan las entidades financieras.
Además de ello, los plazos de devolución suelen ser bastante más reducidos que mediante los canales tradicionales. Esto es así porque los prestamistas buscan la mayor rentabilidad en el menor tiempo posible para que su actividad sea más lucrativa.
Por último, el otro gran inconveniente de este tipo de préstamos entre particulares es que la propiedad privada del cliente que el prestamista exige como garantía o aval es de un valor muy superior al monto del crédito. Por ejemplo, una vivienda (sea o no la habitual) o un coche en buen estado de conservación. Esta propiedad en garantía se pierde si no se ha devuelto el importe del préstamo en el periodo estipulado en el contrato. Por tanto, se puede considerar una operación de gran riesgo.
Alternativas a los préstamos de capital privado
Las personas que recurren a estos préstamos entre particulares lo hacen porque normalmente no les queda otra alternativa: las entidades financieras ya no les conceden préstamos personales online, o bien porque atraviesan una situación económica difícil o bien porque ya forman parte de las listas de morosos.
Sin embargo, sí hay alternativas, al menos para créditos de importe moderado. Es el caso de los minicréditos online, sí se otorgan a personas que forman parte de ASNEF, RAI, FIJ, Experian o listas de morosos como estas. El límite de estos importes en préstamo es más bien contenido. Una de las grandes ventajas en estos microcréditos es que al cliente no se le solicitan garantías ni avales como contrapartida, por lo que no se pone en riesgo el patrimonio personal.
En cualquier caso, se recurra a los minicréditos online o a los préstamos entre particulares, la decisión de solicitarlos ha de ser meditada y no fruto de la precipitación. Conviene hacerse una mínima planificación económica para saber de forma realista cuánto dinero se podrá devolver y en qué periodo. Solo de esta manera se evitarán problemas futuros, que en el caso de los préstamos de capital privado podrían derivar en problemas con la justicia o incluso en desahucios, como desgraciadamente se ha visto a menudo en estos años de crisis.